Sinfonía de la Trinidad

El urbanista colocó los bancos a la izquierda, a pleno sol. Nada que objetar por parte de los jóvenes del barrio, que se los han apropiado con el entusiasmo propio de la edad, segmentando por edades la ocupación de cada uno de ellos. Los más veteranos de la zona, en cambio, muestran su desacuerdo con el diseñador al armar su propia acampada con mobiliario doméstico y de playa, que sitúan bajo la exigua sombra proporcionada por la copa de nueve palmeras que quedan fuera del campo visual del dibujante quien, sin darse cuenta, ha acabado acompasando sus trazos con el ritmo marcado por el golpeteo de las fichas de dominó sobre la mesa. Y es entonces cuando, desde alguna ventana cercana, una voz muy joven se arranca a cantar, para deleite de quienes acuden a la iglesia de San Pablo a presentar sus respetos al Cautivo.


Publicado en Diario SUR el 21/03/2021.

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