Cotorreo en el Marítimo

El magnolio que hay junto a la capilla del Hospital Marítimo de Torremolinos rebosa vida. Por desgracia no se alude aquí a la del propio árbol, la cual parece tocar a su fin, pues la casi total defoliación de su copa no deja de ser un síntoma inquietante en una especie de hoja perenne como éste. No, la vida citada es la que revolotea en torno a sus desnudas ramas, en la forma de una bandada de escandalosas cotorras que –a pesar de tener su domicilio en un frondoso pino de las inmediaciones– muestra una especial querencia por el moribundo ejemplar.

Por suerte para el lector, el dibujo no puede reproducir el sonido ambiental, que hace justicia a la definición que la RAE hace del vocablo cotorrear: «Hablar con exceso y con bullicio», lo que se ajusta a la perfección a la actividad de nuestras emplumadas y exóticas amigas.


Publicado en Diario SUR el 25/10/2020.

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